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“Renta Básica de las Iguales y Feminismos. De la centralidad del empleo a la centralidad de la vida”

Grupo de feminismos de las gentes de Baladre
Últimamente se oye hablar mucho de las Rentas Básicas, pero...

No todas las Rentas Básicas son iguales. Igual que cuando hablamos de Feminismos no nos referimos sólo a uno, al hablar de las Rentas Básicas tenemos que ver a qué tipo nos estamos refiriendo. No es el lugar de hacer una distinción pormenorizada de los diferentes modelos porque ya hay literatura suficiente para ello, pero sí es importante aclarar que Nosotras, desde Baladre, hablamos de una Rbis para distinguirla de otras propuestas más reformistas y asistencialistas. Cuando hablamos de Rbis nos referimos al “derecho que tiene cada persona, solamente por el hecho de nacer, a percibir una cuantía periódica para cubrir sus necesidades materiales”.

¿Qué diferencia a la Rbis de otras propuestas?

Lo que la diferencia a la Rbis de otras propuestas es:

Una parte de la misma sería destinada a un Fondo de Renta Básica, destinado a mejorar los bienes y servicios comunes, que sería gestionado colectivamente y que cada vez sería mayor.

Así, entendemos la Rbis como una herramienta más de las que existen para abrir brechas entre el capitalismo y el heteropatriarcado, con el objetivo de distribuir la riqueza para garantizar la cobertura de necesidades y el sostenimiento de la vida e ir creando las condiciones necesarias para un proceso futuro de transformación social radical, buscando poner en la agenda las necesidades como personas y la búsqueda de soluciones para satisfacer esas necesidades sin perpetuar la división sexual del trabajo y desde la óptica de la sustentabilidad del planeta. Por lo tanto, es una herramienta que nos posibilita, mediante la creación de un nuevo derecho de ciudadanía basado en la vida humana con dignidad, el reconocimiento y ejercicio real de otros derechos, y por lo tanto, la seguridad y la libertad efectiva para todas las personas.

Entonces, ¿en qué puede contribuir Rbis a las luchas feministas?

Durante los últimos años hemos dedicado esfuerzos a identificar las contribuciones que puede hacer esta herramienta al movimiento feminista -desde la diversidad que lo caracteriza- en su lucha contra todo tipo de opresión. El carácter transversal del la Rbis facilita la discusión e inclusión en la agenda programática de diferentes movimientos sociales, y aporta un horizonte estratégico de lucha contra la lógica productivista del capitalismo y todo el marco de valores que lo sostiene. Es, por tanto, una herramienta destinada a crear condiciones para procesos de transformación social, arrebatando al mercado y al empleo los espacios de relación, autogestión, cooperación, seguridad y participación necesarios para que se puedan ir cambiando conciencias y articulando voluntades.

Desde una dimensión estratégica, ¿cuáles son las aportaciones?

Ante las preguntas que hemos ido planteando en diferentes talleres que hemos realizado en estos últimos años sobre ¿qué cambiarían nuestras vidas con la implantación de la Rbis?, ¿qué haríamos o dejaríamos de hacer?, lo primero que destacamos es la apertura de nuevos horizontes y posibilidades en las formas de accionarse social y políticamente. En las diferentes aportaciones se hacen presentes elementos comunes tanto en la perspectiva política feminista como en el planteamiento estratégico que adoptamos en la propuesta de la Rbis, como son: asumir la perspectiva integral (cuerpos, afectos, deseos, relaciones y cuidados y demás aspectos intelectuales), la importancia de las necesidades, la búsqueda de soluciones creativas a los problemas que nos afectan, la ruptura de la segmentación entre el espacio público y privado, el cuestionamiento de aquello que se asume como natural, la visibilización de las tareas de cuidados, la vinculación entre la macro y micropolítica y la necesidad de experimentar con nuevas fórmulas de construir desde la diferencia. En base a estos elementos comunes, pensamos que la propuesta de la Rbis puede servir al fortalecimiento de la estrategia de acción del feminismo, contribuyendo al impulso de una cultura política basada en la cooperación, el apoyo mutuo y el reconocimiento del rol central que deben asumir las necesidades humanas, así como los afectos y cuidados, en cualquier proyecto de transformación.

¿Y qué aporta desde una dimensión pedagógica?

La Rbis cuestiona el papel central que juega el empleo en el marco capitalista destacando su incapacidad para garantizar unas condiciones de vida digna y en libertad. Esa idea cruza con los planteamientos de la economía feminista que critica la consideración del mercado/trabajo asalariado como elementos privilegiados en el análisis económico clásico. Así, ambas propuestas destacan la diferencia entre empleo y trabajo, considerando que en este último se encuadran una serie de actividades que se llevan a cabo fuera del mercado y que son de plena utilidad y valor social. La Rbis ayudaría a colocar la vida con dignidad y las necesidades humanas en el centro del debate y la acción política, y sería útil para reclamar y lograr un reparto de los trabajos de cuidados que contribuya a la promoción de la coresponsabilidad y a dar pasos hacia la implicación del conjunto de la sociedad en la satisfacción de las necesidades. El gran desafío sigue siendo encontrar estrategias que “a la vez que liberen a las mujeres de la casa, eviten, por un lado, una esclavitud doble y, por otro, nos impidan llegar a otro nuevo grado de control y regimentación capitalista”, y cuestionarnos sobre el proceso productivo para parir un nuevo modelo enfocado en la satisfacción de las necesidades, la calidad de vida, el bienestar y la sostenibilidad ambiental.

Avanzando hacia espacios de colectivización, el reparto de la responsabilidad de los cuidados, la democracia directa y otros modos de convivencia y relación

Mientras avanzamos en estos debates sobre cuáles son nuestras necesidades y cómo nos organizamos para satisfacerlas de una manera justa y equitativa, es necesario garantizar al menos las condiciones materiales básicas para la sobrevivencia e ir creando espacios para la colectivización y el reparto de la responsabilidad de los cuidados. Para ello, entendemos que es preciso reconocer las actividades invisibilizadas por la lógica mercantil y dotar a las personas de ingresos suficientes para que puedan llevar una vida digna, como la Rbis propone. Pasar del paradigma del salario al paradigma de los derechos y de la vida con dignidad y plenitud.

Por otro lado, con la propuesta del Fondo Común de la Rbis, se cuestiona el individualismo y se crea la propuesta de un espacio para la participación y la toma de decisiones por parte de la comunidad acerca de dónde y cómo se invierten los recursos que son de todas, abriendo brechas y alimentando el camino hacia una democracia directa, así como el desarrollo de una nueva cultura política y de una experiencia comunitaria que a la mayoría de nosotras nos fue arrebatada.

La denuncia del paradigma androcéntrico y liberal, y la reconceptualización de un nuevo marco de derechos inclusivo y universal, suponen también otro de los punto de encuentro entre los planteamientos feministas y la base teórica del la Rbis, entroncado con la necesidad de distribución de la renta –puesto que todas participamos en la producción de la riqueza- y la búsqueda de la justicia social.

El que la Rbis se asigne de forma individual reconoce y promueve la independencia y autonomía, la capacidad de elección y la seguridad al margen de los vínculos familiares. Pero sobre todo, nos permite otros modelos de convivencia y relación, redes más extensas de cuidados y afectos, que cuestionen y superen el opresor marco de la familiar nuclear heteronormativa, dando pasos hacia modelos comunitarios que precisamos.

Nuestro planteamiento de Rbis pasa por la búsqueda de formas colectivas, justas y sostenibles de satisfacer nuestras demandas y necesidades de cuidados. Y por otro la resistencia al secuestro de nuestros bienes comunes (materiales e inmateriales) y de nuestras potencialidades al chantaje del empleo y de las relaciones capitalistas.

Con este trabajo colectivo y horizontal no hemos pretendido sino realizar un aporte más al debate de la búsqueda del cómo organizar nuestras vidas al margen del mercado capitalista, del heteropatriarcado y del Estado. Está escrito y elaborado con amor, cuidado, apoyo mutuo y mucha rebeldía. Esperamos haber sido capaces de transmitir en el mismo todo aquella vida que merece la pena ser vivida que lleva dentro.


Nota: Este artículo has sido extraído de la sección de libre publicación de pikaramagazine.com