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Amaia Pérez Orozco: otra discrepante de la Renta Básica de las iguales

El que ha amado con pasión, aborrece con furor. François Fénelon

Enemigas de la Renta Básica

José Iglesias Fernández Economista.- ¿Qué tiene en común APO con empresarios, banqueros, políticos, académicos, sindicalistas, la izquierda revisionista, representantes de ONGs, algunas corrientes feministas, personas contertulias de medios afines al poder, otras personas y grupos conservadores, etc.? Su animosidad contra la RB.

Entonces, ¿qué es la RBis para que concite tantas personas enemigas? Pues que es un mecanismo de redistribución de la renta y un instrumento de lucha contra el capitalismo. Lo que quiere decir que, redistribuir la renta supone implantar un sistema fiscal progresivo dentro del capitalismo en el cual las personas con mayores ingresos paguen tipos alrededor del 80% de sus remuneraciones, a la vez que una mayor parte del gasto público sea destinado a las ayudas sociales, léase dependencia, paro, pobreza, maltrato de género, discapacidad, pensiones, educación y sanidad pública, ayuda a la infancia, a la drogadicción, a la excarcelación, etc., es decir, dedicar medios de protección social para proteger con derechos a los desposeídos del sistema. Se entiende que esta doble función de la RBis es un peligro para los poderes del capitalismo, pero también para aquellas voces de asociaciones y personas que se suman a defenderlo, protegerlo, legitimarlo, con declaraciones como las de APO. De aquí su feroz oposición.

Aclaramos:

Al igual que existen diferentes lecturas, y por tanto posiciones/interpretaciones sobre el feminismo, lo mismo ocurre con la propuesta de la RB. APO utiliza una definición genérica que le permite pontificar sobre la misma si tomarse la molestia de matizar sobre las diversas lecturas sobre los diferentes modelos de rentas básicas. Lo mismo que si le recordásemos a APO que ‘queda bonito’ ensalzar a las sufragistas inglesas reivindicando el derecho al voto de las mujeres, sin mencionar que simultáneamente se oponían a que sus criadas participasen en tales manifestaciones. Lo mismo que recordarle a APO que así como no todo el feminismo es homogéneo, sino que existen dentro del mismo diferentes ‘corrientes’,[2] tampoco todas las lecturas sobre la renta básica son iguales sino que existen diferentes interpretaciones. Al no distinguir entre las diversas posiciones ideológicas que existen en la RB por ignorancia, mala voluntad, o ambas cosas, APO comete personalmente en su entrevista[3] el mismo error, la misma osadía, que hemos tenido que corregir en Silvia Federici:[4] la de banalizar en una frase, con una negativa, todo el trabajo de reflexión y autocrítica que existe en las diferentes lecturas de la RB en el Estado español sobre la mayoría de los temas que ella objeta.

Respuestas a sus objeciones a la RBis

Recordad una vez más que la RBis es el derecho que tienen las personas a recibir una cantidad periódica para cubrir sus necesidades materiales. Es sus características estructurales, y por ser un derecho, es individual; por ser universal, lo reciben todas las personas, siendo la cantidad la misma para todas ellas; y es incondicional, lo que quiere decir que no está sujeta a los ingresos que se perciben, ni a pasar por el mercado de trabajo. En sus características de opción política, es decir en su capacidad de lucha para obtener este derecho, es equitativa, pues trata a todas las personas por un igual; su cuantía ha de ser, por lo menos, igual al umbral de pobreza, pues se trata de superar este estigma (a pesar de la crisis, la RBis se situaba en 911 euros mensuales en el 2011); la creación de un Fondo de RBis para iniciar e impulsar la decisión y la gestión de bienes comunales; a su vez, refunda las diversas ayudas sociales para evitar el clientelismo y la desigualdad entre las personas perceptoras; finalmente, al día de hoy, se ha convertido en una herramienta política de lucha de buena parte de los movimientos sociales.

Aclarada que es la RBis estamos en posición de responder puntualmente a las objeciones que APO menciona:

Los derechos de primera generación son individuales, los de segunda generación colectivos, y los de tercera generación son territoriales, étnicos, etc. El derecho a la RBis es un derecho que contiene a los tres grupos. Es un dinero individual (en mano) y colectivo (adquisición de bienes comunales), y que responde a que los beneficiarios decidan libremente que deben hacer con su cuantía. En cualquier caso, la cantidad se enfrenta a que la calidad de vida sea la de la exclusión de la pobreza. En cualquier caso, en varios escritos explicitamos que la calidad de vida es la que reclamaba Epicuro: 1) que, “según el derecho común, lo justo es lo mismo para todos, pues es algo útil en la relación de unos con otros”. Y 2) que “la necesidad es un mal, pero no hay necesidad alguna de vivir con necesidad”, así como previene de que “nada es suficiente para quien lo suficiente es poco”.[5]

Por tanto, la RBis sí cuestiona el nexo calidad de vida y dinero individual; sí promueve la responsabilidad colectiva; no sólo cuestiona sino que supera esa dependencia del mercado de trabajo asalariado en el capitalismo, cosa que el feminismo de APO no resuelve nada. Sólo hace afirmaciones (o preguntas) al viento.

De acuerdo con la definición de la RBis, y con lo que ya hemos explicado en la anterior, las afirmaciones que aquí se hacen se resuelven solas. Los mercados de bienes y servicios que necesitamos para vivir están controlados por el sistema capitalista; qué y cuanto podemos consumir está controlado por los capitalistas. El mercado de trabajo, tasas de empleo, niveles salariales y condiciones de empleo están controlados por los capitalistas. Por recomendaciones y directivas de los poderes capitalistas, el Estado neoliberal está recortando los servicios públicos fuertes y débiles, especialmente el gasto social dedicado a los colectivos ‘en riesgo de pobreza’ mencionados anteriormente. Y la aberración de APO es su ignorancia sobre los millones de contratos que no llegan al salario mínimo, los millones de pensionistas con pensiones al borde del umbral de pobreza severa, los miles de personas dependientes, o con algún tipo de discapacidad, que no perciben ningún tipo de ayuda pública o es misérrima, los millones de personas ocupadas en la economía sumergida, muchas de ellas en el trabajo doméstico e inmigrantes, etc. Los sueldos están bajando porque los empresarios tienen la sartén por el mango, y no por que haya RBis. Por fin ya los medios convencionales aceptan que el hecho de trabajar no excluye de la pobreza, pues los niveles salariales que se pagan no son 800 euros al mes sino paupérrimos. ¿De qué planeta y de que sistema económico habla APO? ¿A este análisis es a lo que llama “subversión feminista de la economía”?  ¿De la economía del capital, o de la economía de los oprimidos? Pues es la situación de estas poblaciones lo que hace que el sistema sea sostenible, no la vida de las personas. Sobre la responsabilidad de consumir, decrecer, y demás temas le recordaría que repasase lo que hemos ya escrito sobre los mismos. [6]

Recordarle a APO algunas de las bondades de la RBis

Por las objeciones que hace APO no puedo decir que me lleven a tener una visión optimista de su reacción ante mis argumentos. En el 2002 ya escribía un artículo[7] en el que reclamaba de la RBis que fuese un remedio que resolviese todas las agresiones sociales y políticas que el capitalismo somete a condiciones de explotación y miseria a las poblaciones, hombres y mujeres. A pesar de ello, y en beneficio de otros lectores, si que me voy a permitir exponer una lista de las bondades de la RBis, que las tiene y muchas. No las voy a desarrollar todas pero si enumerar algunas:[8]

Resumen y conclusión

Concluyo con un resumen realizado ya en el año 2000 sobre la importancia de la llamada RB en aquellos momentos.[9] Reviso su contenido y compruebo que sigue teniendo la misma validez que cuando fue escrito:

José Iglesias Fernández
Barcelona, 13 agosto del 2013

Notas:

  1. José Iglesias Fernández. La sociedad comunal como alternativa al capitalismo. De la renta Básica a la Riqueza Comunal. Baladre/Zambra 2014.
  2. Mari Fidalgo, Alicia Alonso merino, Rosa Zafra Lizcano, Yayo Herrero. Renta Básica de las iguales y feminismos. De la centralidad del empleo a la centralidad de la vida. Baladre/Zambra, 2014
  3. Amaia Pérez Orozco. Queda bonito hablar de igualdad en el mercado laboral y no plantearse quién limpia el váter en casa. https://www.eldiario.es/economia/igualdad-mercado-laboral-replantearse-limpia_0_289771553.html
  4. Renta Básica de las iguales: errores de interpretación de Silvia Federici.
  5. Epicuro. Exhortaciones (Gnomonologio Vaticano). En https://www.webdianoia.com/helenismo/epicuro_text.htm
    Epicuro. Carta a Meneceo. En https://www.onomazein.net/4/epicuro.pdf
  6. José Iglesias Fernández. Sobre el decrecimiento y otras rendiciones. Interpretación crítica sobre el decrecimiento y el consumo responsable. Baladre / Libreando 2010. José Iglesias Fernández. La miseria del decrecimiento. De cómo salvar el planeta con el capitalismo dentro. Baladre/Zambra/Libreando 2011.
  7. Amaia Pérez Orozco. Por una renta básica feminista. Marzo 2002. Ver más abajo
  8. José Iglesias Fernández. Las Rentas Básicas. El modelo fuerte de implantación territorial. El Viejo Topo, 2003.
  9. José Iglesias Fernández y otros autores. Ante la falta de derechos, ¡¡Renta Básica, Ya!! Virus editorial, 2000.
  10. La cita a Savater sobre la RB no supone que acepto su definición acerca de la diferencia entre izquierda y derecha.
  11. El País, 17 de enero de 1999.