El universo de izquierdas debe enfrentarse al diseño de un programa mínimo y un ámbito de acción conjunta, en el cual todos los asistentes asuman la horizontalidad en el debate, la responsabilidad entre iguales en la gestión y la resistencia organizada ante esta violencia sistémica del capitalismo
Para encontrar el nuevo modelo de acumulación dentro de su lógica del beneficio privado,[1] además del tiempo, el capitalismo cuenta con el poder, un poder que está ejerciendo y se manifiesta en el período que va de crisis en unos 5,7 millones de parados; 1,7 millones de hogares sin que ningún miembro tenga empleo asalariado, y un 50% del paro juvenil; numerosas familias se ven en la calle o perdiendo el piso por no poder pagar las hipotecas; el 18%-20% de la población española ya padecía niveles de pobreza durante los años de expansión del sistema; de la asistencia social ya sólo funciona el aparato burocrático; las organizaciones dedicadas a la caridad manifiestan su agotamiento de recursos ante esta situación de total carestía.
Mientras tanto, una parte de la izquierda miramos a la UE buscando un escaño, la otra seguramente de viaje en foros internacionales, y la que nos quedamos en casa, más bien reunida discutiendo el viejo tema de la unidad sin acabar de enfrentarnos a algo tan urgente como es diseñar un programa mínimo y un ámbito de acción conjunta, en el cual todos los asistentes asumamos la horizontalidad en el debate, la responsabilidad entre iguales en la gestión, y la resistencia organizada ante esta violencia sistémica del capitalismo.
Ahora bien, los del 15-M salen a las calles y dan 5 razones que podrían ser consideradas como parte de un plan de acción para detener “la ofensiva oligárquica contra los derechos sociales básicos de los regímenes de bienestar, con consecuencias que aumentan todavía más la precariedad de nuestras vidas”. Sin embargo, la proliferación de medidas que se debaten en las acampadas puede dar lugar a una dispersión que solo quede en la rica enumeración de alternativas, pero sin una concreta actuación inmediata, una lista corta que pueda ser llevada conjuntamente por las personas y los colectivos implicados, así como que sea una respuesta a los problemas de sobrevivencia que tienen los afectados: 1) cortar el drenaje de dinero a los bancos, 2) detener la precariedad frenando las reformas laborales, 3) o la privatización de la educación y la sanidad, 4) conseguir viviendas, y 5) la implantación de una renta básica son medidas indispensables, prioritarias, pero no dejan de tener un elemento temporal, y es que son exigencias más bien de medio y largo plazo.[2] Sin perder de vista estas reivindicaciones, pues son complementarias, hay que proponer y luchar por algo más inmediato.
Dentro de esa igualdad que nos ha de distinguir para participar en esta tarea, me permito sugerir cuatro paquetes de medidas para apoyar un Plan Integral de Lucha Inmediata (PILI), que no una alternativa al sistema, que se enfrente a la situación grave de las necesidades que tienen los parados, así como la de aquellos colectivos que realmente se encuentran en situación de pobreza severa mucho antes de la crisis. No podemos esperar a cambiar el capitalismo cuando el sistema haya esclavizado ya a toda la humanidad con la violencia sistémica que está aplicando a las poblaciones desposeídas.
Necesitamos un Plan Integral de Lucha Inmediata (PILI) contra el capitalismo
La gente y colectivos que participan y se organizan en el 15-M lo tienen claro. Porque no está mal el eslogan que la crisis la paguen los ricos y los bancos, pero la cuestión es: ¿de que manera?, ¿cómo? Sé que no es el único, pero yo me atrevo a proponer el PILI, en el que se exijan al menos cuatro paquetes de medidas dentro del sistema capitalista. Esta medidas conllevan en si mismas la exigencia de que la aportación salga de las entidades empresariales, así como de las Administraciones públicas,[3] no mediante el buenismo de las gentes caritativas, de las limosnas privadas, o de iniciativas como la maratón por la pobreza que se celebrará en Cataluña, que exime de las responsabilidades a los poderes económicos, financieros y políticos que, conjuntamente, son los que persiguen estos desastres sociales.
José Iglesias Fernández
Jueves, 17 de Mayo de 2012
[1] Ver José Iglesias Fernández. G-20: unos sin modelo de acumulación y otros sin modelo alternativo de sociedad. En http://www.kaosenlared.net/noticia/g-20-unos-sin-modelo-acumulacion-otros-sin-modelo-alternativo-sociedad
[2] Otra exigencia es la constitución de un tribunal popular para juzgar los casos de corrupción, etc.
[3] Un Plan en estas líneas ya lo formulamos en José Iglesias Fernández. Medidas contra los efectos de la crisis. En http://old.kaosenlared.net/media/21/21063_1_Microsoft_Word___Kaos_Cua.pdf . Ahora lo actualizamos.