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Renta Básica de las Iguales · Oinarrizko Errenta · Renda Bàsica de les Iguals · Renda Básica das Iguais · Basic Income for Equal Citizens

Oliendo nuestra realidad

Hemos perdido totalmente el OLFATO, por habernos sumado a la locura de participar en el llamado proceso de construcción de la actual Unión Europea, esa apuesta ha generado en los últimos 30 años, el incremento de la locura desarrollista, generadora de MAYOR DESIGUALDAD dentro del actual estado español y miseria en los países periféricos.

Cocacola en el campo
Foto: Cocacola en el campo. Raúl Hernández González (Flickr)

Hemos aceptado ser parte de los países centrales de un modelo social fracasado: el capitalismo. El cual sigue impulsando la locura de todas contra todas, permitiendo la acumulación ilimitada de recursos por unas pocas; llevándonos a un caos social y ambiental, sin precedentes.

El Trabajo Social se ha puesto al servicio del Mercado, del crecimiento económico más deshumanizador y depredador. Al convertirse en un empleo más, una actividad dependiente de la parte contratante, nos ha llevado a la locura de la profesionalización de las relaciones humanas, la consolidación de Servicios parciales, que rompieron definitivamente las redes sociales de nuestros barrios periféricos y de la sociedad en general. Guste o no, han convertido al Trabajo Social en un instrumento de contención, dominación y sometimiento, siendo muchas compañeras las nuevas policías "desarmadas" de una sociedad fracasada.

La falta de Derechos Sociales, se incrementa con el aumento de la Precariedad laboral y de vida. El miedo se instala en nuestras cabezas, que cada vez nos sentimos más individua, persona aislada.

Por ello hemos de activar EL OLFATO, con un COMPOST LIBERADOR del mercado y sus diferentes instrumentos de dominación y muerte. Necesitamos para nosotras, como para todas: LA RENTA BÁSICA DE LAS IGUALES y muchísimo más!!. Poder actuar desde la libre decisión, dando a la acción social la mínima autonomía para producir colectivamente las transformaciones necesarias que nos lleven a otra sociedad, otro mundo, donde la justicia universal sea la norma, frenando la destrucción del medio y resituándonos en la naturaleza en armonía con ella, de manera cooperativa.

Las tres palabras claves, son: DESVELAR Y DENUNCIAR PARA TRANSFORMAR

Vivimos olores de podredumbre del sistema financiero, que son más fuertes por venir acompañados del hedor de muchos vertederos y saneamientos. La llamada crisis global huele mal, terriblemente mal. Me recuerda a aquel vertedero de A Coruña, que cayó literalmente al mar sumergiendo a la ciudad en olores irrespirables.

Así es como los Tiempos de Crisis huelen, es el fracaso del capitalismo, de la llamada Economía de Mercado, de las sociedades del consumo ilimitado y de sus proyectos de Mercados regionales (en nuestro caso la Unión €uropea). Este momento actual, es parte del largo proceso de descomposición de un sistema económico y político, que lleva décadas en crisis, externalizándolas, con sus guerras, expolios de materias primas y de energía, allí donde se encuentre. Es el proceso que se inicia con la llamada crisis de los años setenta, que se enmascara con los mercados regionales y acciones de guerra orientadas a bajar el precio de energía y materias primas. Así es como se sucedieron las guerras de Irak, la de Afganistán y otras muchas en el continente Africano, anteriores a estas, pero dirigidas al mismo fin. Cayó el muro de Berlín y desde entonces podemos oler las fábricas cerradas de los llamados países socialistas, oliendo el sudor de los movimientos migratorios de gentes del Este de Europa que buscan en los países centrales de la U.€. recursos básicos/mínimos para asegurar sus vidas. Hasta en la vieja Europa vimos todo tipo de guerras, de asesinatos e intervenciones neocoloniales, donde la energía era el fin inmediato, en la mayoría de los casos. De nuevo se va instalando Rusia, potencia energética y militar, en una loca carrera por ser el país hegemónico mundial.

Human Grafitti by ANGELOUX
Foto: Human Grafitti de ANGELOUX, en Flick

Son muchos los momentos y circunstancias que nos han conducido en los últimos 30 años a tanta acumulación de podredumbre, los cadáveres se amontonan, los estercoleros y saneamientos están sobrepasados y se diría que hemos de conseguir que de tanta BASURA SALGA EL COMPOST QUE AYUDE A REALIZAR UNA BUEN A SIEMBRA DE LA VIDA, para todas las personas, estén donde estén. El reto de este compost es que llegue a tiempo para reactivar esa vida, que pueda llamarse digna para todas las personas.

Las gentes del Trabajo Social, que partimos de la necesidad de satisfacer las necesidades básicas de todas las personas de la humanidad, en su conjunto, debemos incorporar análisis críticos globales, para actuar con una visión amplia, analizando las estructuras, como la U.€. , el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio, la O.N.U... y sobre todo las consecuencias de sus políticas, desde su fundación hasta hoy. No podemos seguir trabajando sólo en las consecuencias del terrorismo liberal del mercado, en sus formatos diferentes (asistencialismo, soluciones coyunturales y/o parcheadoras perpetuando las situaciones y reforzando los llamados “mercados de la pobreza”). Entiendo que analizar las causas de tanto hedor, señalarlas, nos lleva a la erradicación de las mismas, sin tardanza.

Las gentes del Trabajo Social liberador y transformador, que apostamos por las personas con mayúsculas, debemos asegurar los medios de vida y de relación de las personas con el resto de especies y la naturaleza, esto nos lleva a asumir la lucha, si lucha, por conseguir frenar el deterioro del medio ambiente, en una lógica de asegurar las posibilidades de la vida para las futuras generaciones, de todas las especies, incluidas nosotras mismamente.

Son demasiados años sin denunciar las políticas de la U.€. del capital y de la guerra; años de atención y contención en barrios y países periféricos, donde nos contratan, a algunas, para evitar el cambio-transformación, desde una visión de erradicación de las causas que generan tanto dolor, tanta muerte, tanto hedor. Se vivió como positivo ser parte de la U.€. del euro, pues eso posibilitaba a las empresas con bandera roja y gualda, neocolonizar América, fundamentalmente, comprando a precios de rebaja los servicios básicos de estos países y negociando/imponiendo tarifas altas por servicios básicos privatizados. Nosotras, las gentes del Trabajo Social, no podemos ser cómplices con nuestro silencio de tanto dolor, perdón, hedor. La llamada Deuda Externa, no solo es ilegítima, sino que esta mal planteada, son los países centrales quienes adeudan a los países periféricos, como nos recuerdan grupos sociales como las gentes de ¿Quién debe a Quién?.

En muchos de los actuales conflictos mundiales/guerras, se utilizan armas fabricadas en el territorio del actual Reino de España, y eso nos hace cómplices de las muertes que generan esos instrumentos hechos para matar.

No podemos estar al margen de estos conflictos, hemos de hacer visible nuestra posición por la erradicación de todas las guerras, la eliminación de las fabricas de armas. Pues como Trabajadoras Sociales debemos de apostar por asegurar la vida de todas las personas.

Oliendo las llamadas políticas sociales; aquí y ahora

En un mundo en lucha permanente contra las gentes empobrecidas , que no contra la pobreza, fomentado por los mercados regionales (dígase U.€., en nuestro caso) para conseguir incrementar los beneficios en la cuenta de resultados de las empresas de los países centrales, a nosotras, como trabajadoras sociales se nos circunscribe al submundillo de los Servicios Sociales y poquito más. Desde nuestros actuales estados monárquicos o republicanos, es entendible que así suceda; se nos plantea la necesidad de desarrollar Servicios Sociales que atiendan, orienten, contengan de manera individualiza, a las poblaciones en situación de precariedad, carencias varias y/o exclusión social. El trabajo social individual/de casos coloca en el centro de la acción social institucional. ¿Pero como hemos llegado a esta situación?, ¿dónde que da el Trabajo Social comunitario?, ¿la autonomía de la acción social?, ¿la búsqueda de la auto-organización sectorial o comunitaria?, el impulsar que la gente gane en autonomía e independencia, que sea capaz de enredarse.

Para comprender esta situación actual, hemos de recordar el papel de Partidos Políticos y gran des Sindicatos (miembros de la C.E.S. fundamentalmente), estas instituciones del estado han ido desmovilizando a colectivos, sectores, a la población en general, ante cualquier situación coyuntural de carencia o necesidad/conflicto. Instalaron el “vaya usted para casa”, para autoproclamarse la voz de todas. Lo hicieron apoyándose en un supuesto saber hacer, pseudocientífico, desde una apuesta de todas estas instituciones por el capitalismo, por sus mercados regionales, por asumir la lucha de todas contra todas, en unas sociedades donde el poder acumular es ilimitado, y respeta por encima de todo la sacrosanta PROPIEDAD PRIVADA.

Así que echando una miradita de reojo a estos últimos 30 años, vimos como se nos metió en la actual U.€., en la O.T.A.N., y en otras muchas instituciones internacionales que salvaguardan el privilegio de los gran des capitales y las grandes empresas multinacionales.

Comenzaron con aquellos pactos de la Moncloa, luego las reconversiones industriales de los ochenta, para llegar a la PRECARIEDAD LABORAL y de la vida, permitiendo las E.T.T.s. Más tarde apareció el €uro y el Banco Central Europeo con autonomía de los Estados/gobiernos, para en el nuevo siglo plantear/imponer la FLEXI-SEGURID (libre despido, bajos salarios, vacaciones fiscales, privatizaciones generalizadas de servicios básicos, dineros públicos a la banca, etc.).

Death Set by Javier Pais, on Flickr
Foto: Death Set de Javier Pais, en Flickr

El tufo a CO2 de las metrópolis

Pero además, en estas últimas tres décadas, se consolidó la ciudad como cuasi el único espacio de vida/mercado, en ella se instaló como determinante el automóvil vehículo privado , determinando los planes generales de todas las ciudades. La calle es un espacio del coche, par a desplazarnos de la casa a los espacios de producción y sobre todo de CONSUMO. El coche determina el ritmo de la ciudad, e instala nuevas exclusiones de gentes que no pueden seguir esos ritmos acelerados. Las grandes superficies son los espacios de relación/compra/disfrute a los que debemos llegar con coche, por estar alejadas de los centros de las ciudades.

Todo en el marco de una apuesta desmedida por el transporte de mercancías por carretera. Así, poco a poco el olor de las ciudades, de nuestras vidas es el de las concentraciones importantes de CO2. Nuestra salud se resiente entre aire contaminado y vida acelerada, los nervios se rompen, las alergias se masifican y nos acompañamos de fármacos para levantarnos, movernos y estar allí donde nos exige el mercado y sus instituciones, para poder acceder a los mínimos recursos que posibiliten satisfacer las necesidades básicas.

Cada vez más, vivimos muy lejos de los espacios de relación/consumo que nos generan identidad. Se diría que lo que somos en esos espacios de disfrute y consumo, determinan nuestro ser social. Los empleos son meros instrumentos/medios para conseguir recursos económicos; la precariedad laboral conduce a una obsesión enfermiza por la formación permanente para la empleabilidad. El conocimiento no se valora, solo tiene sentido si es posibilitador de empleos futuros.

Y todo en una sociedad mediatizada, intervenida, por las nuevas máquinas de socialización. El papel de las televisiones privadas y públicas en la socialización es de suma importancia, siendo un permanente estímulo al consumo, jugando con la comunicación subliminal, induciendo la lucha de todas contra todas, desde un “preocúpate única y exclusivamente por ti, solo por ti”.

El medio rural, se abandona para ser únicamente la despensa de la ciudad, con muy poca población en estos espacios. Se sacan adelante producciones intensivas, que determina la U.€., en base a las políticas de cupos, para el mantenimiento de los precios/beneficios. Ante este panorama se dispara el gasto público en INFRAESTRUCTAS, que se presentan como fundamentales para generar desarrollo, que es la manera que se tiene de denominar el beneficio. Se triplican los kilómetros de autopistas y autovías, para satisfacer las necesidades del transporte por carretera (empresas de transporte). El ferrocarril convencional se lo deja morir, como peaje para la llamada alta velocidad. Los A.V.E.s revolotean por todas partes, aunque solo unan grandes ciudades y rompan el territorio. Se identifica bienestar con grandes infraestructuras y se construyen aeropuertos en todas las ciudades, cuando no se hacen dos o tres pistas en ellos. Todo para mover el dinero, que es el nuevo dios , el centro de nuestras vidas. La especulación, la rápida multiplicación de beneficios se convierte en la nueva forma de acumular riqueza.

En estas estábamos cuando el dinero internacional viene al reino de España a comprar terrenos, conseguir recalificaciones y construir viviendas por cientos de miles. Se le llamó la burbuja del cemento, que convirtió a las viviendas, una necesidad básica, en un verdadero lujo o bien inalcanzable. La mayoría de la población se suma al crédito hipotecario o personal, para hacer frente a necesidades socialmente sentidas en su entorno. Cuando todo esto estalla, la respuesta de las Instituciones públicas de la mayoría de Partidos Políticos y Gobiernos es darle dinero público a quienes especularon con todo, con nuestras vidas (La Banca).

telebasura by Juan Carlos, on Flickr
Foto: Telebasura de Juan Carlos, en Flickr

El olor a miedo

Lo sucedido en los últimos 30 años no se podría haber dado sin el incremento de la criminalización de la disidencia. Primero fue la desmovilización, en la lógica de evitar los golpes de los militares, después era el perder un poco para llegar al año estrella (1992, con sus eventos); luego se instaló el Tratado de Maastricht, Ámsterdam, Luxemburgo, Lisboa, Niza... que dieron paso a políticas seguritarias comunes. Las fronteras se cierran para las personas migrantes; las normas/leyes se uniformizan desde la coartada de la seguridad. Se permite la grabación de cualquier actividad de la vida pública y privada (por razones de la llamada seguridad nacional).

El terrorismo sirve de excusa para introducir la represión desnuda a cualquier disidencia, adjetivándola como del entorno terrorista. Las cárceles se llenan, construyendo hasta diez veces más en 25 años. La población reclusa pasa de 17.000 en 1977 a 75.000 personas encarceladas (casi en su totalidad gentes empobrecidas y enfermas) en 2009, con un incremento sostenido de 3.500 personas presas más por año, desde los últimos seis años. Además están 60.000 personas cumpliendo condenas con trabajos para la comunidad. La seguridad se convierte en un importante negocio, del que saben mucho casi todos los exministros del interior. De repente todas las actividades y/o espacios públicos están controlados por policías privadas. La vídeo vigilancia, las tarjetas con sus micro procesadores unas, y todas con posibilidades de rastreo, nos ponen a todas a los caballos del verdugo, rompiendo cualquier privacidad. Se diría que todas somos sospechosas.

Para generar más miedo e inseguridad se criminaliza a los grupos en situación de exclusión, ya sea por las sustancias a las que puedan ser dependientes, por las enfermedades que puedan padecer o sencillamente por ser migrantes; presentándolas ante el resto como personas predelincuentes/delincuentes potenciales, sirviendo de coartadas para el incremento de las actuaciones policiales de todo tipo. Desde los medios se articulan campañas de incubación de miedo colectivo a lo diferente y sobre todo a los sectores empobrecidos. Todo desde un supuesto periodismo de investigación, que solo muestra el dolor, las consecuencias, en forma de conductas “anormales”, en lo que llaman barrios/comunidades fracasadas. Nunca explican las causas/las razones estructurales que conducen a esas situaciones; muestran la realidad del fracaso/del dolor como consecuencia de la suma de decisiones individuales equivocadas .

Por si no tuviésemos suficiente, ante la escasez del empleo, se introducen unas supuestas Rentas Mínimas de Inserción, para sectores en situación de empobrecimiento extremo, el jueguecito es muy antiguo, te doy unos muy mínimos recursos económicos si realizas la llamada CONTRAPRESTACIÓN, o contrapartida. De repente los Servicios Sociales, se convierten en una prolongación de las políticas de control y sometimiento, se diría que son nuevos cuerpos policiales, desarmadas eso sí. Pero con una capacidad de sometimiento igual de coercitiva. Si la gente empobrecida se niega a realizar aquello que le plantean los SS.SS, pierden los mínimos recursos públicos (dígase de todas) que le daban.

Además la ruptura de grupos y redes de los años setenta y ochenta (las que sobrevivieron), tanto en lo sectorial como en los diferentes territorios (Barrios), nos dejan SOLAS ante nuestro destino. De tal forma hacemos frente a nuestras angustias, carencias/necesidades desde el núcleo familiar (cuando existe).

De repente se disparan los Servicios para todo tipo de colectivos en situación de empobrecimiento y/ o Exclusión Social, se diría que la idea es localizar a las gentes empobrecidas y excluidas, individualmente, tratarlas aisladamente, generar dependencias variadas de los nuevos Servicios de atención/orientación y a veces de ayudas mínimas, par a en el fondo abrir nuevos espacio para el mercado (el de la pobreza, el de la dependencia..y el llamado tercer sector). Esta manera de atender y contener, desarma a las personas en su ser político, de relación con las otras; dificultando los procesos de autoorganización, o la misma relación en sus territorios o sectores.

El olor del compost

Algunas venimos oliendo un compost transformador de la realidad que viene cargado de un cambio radical de nuestras opciones de vida.

Red de Huertos de Madrid by Smart Citizens, on Flickr
Foto: Red de Huertos de Madrid de Smart Citizens, en Flickr

Entendiendo el Trabajo Social desde el compromiso para erradicar las causas generadoras del dolor , la carencia /necesidad, malestar, la desigualdad , la exclusión allí donde seden. Son olores que vienen cargados de desprofesionalización, entendida como ruptura con el mercado, abriendo una etapa de autonomía, desde la opción liberadora, de toda acción social. Pasar de empleadas a personas conocedoras de herramientas e instrumentos, que se relacionan libremente con las otras e intercambian habilidades y saberes. Nosotras somos unas más en la acción social, y así debemos asumirlo, diluyéndonos, compartiéndonos, aprendiéndonos, equivocándonos con las otras, que deben ser nosotras y viceversa.

Pero los olores más fuertes del compost transformador, son los de la VISUALIZACIÓN DEL DOLOR, del fracaso evidente de este modelo social.

Hemos de ayudar, colaborar para crear condiciones en las que sea visible todo lo que ahora se oculta sistemáticamente (Personas presas; torturadas; asesinadas en pateras; guerras y alambradas; empobrecidas; desahuciadas; dependientes..., todas aquellas que sufren y padecen, individual o colectivamente). Igualmente hemos de desvelar y poner luz a los proyectos del mercado, aclarando sus consecuencias, avisando de sus efectos terroríficos y denunciando sus miserables intereses económicos ( infraestructuras; mega ciudades, PRIVATIZACIONES DE SERVICIOS BÁSICOS...)

Este compost está cargado de nuevas relaciones intergeneracionale, más allá de los sectores y territorios, aunque tendremos que comenzar por lo cercano y pequeño. Trabajar en red, enredarnos, cuidando evitar nudos difíciles de desatar; haciendo entre iguales, de manera horizontal y sobre todo construyendo/plantando CONTRAPODER, entendido como proyectos e iniciativas que posibilitan satisfacer necesidades entre nosotras (Grupos de producción y/o de CONSUMO; grupos de Trueque;..), al margen del mercado, en paralelo. Esta es la manera de ir pariendo la nueva sociedad, el nuevo mundo, entre todas. Donde las trabajadoras sociales, seremos, siempre unas más en esa Acción Social liberadora/transformadora.

Es el momento del olor a bicicleta, al aceite de la cadena, par a desplazar de una vez para siempre al uso individual del automóvil en las ciudades y pueblos; eso implica recuperar un ritmo de vida más acorde a las velocidades de la bicicleta. Pensando en el Ferrocarril como medio que vincule al conjunto del territorio, posibilitando la recuperación del medio rural.

Pero una de las sustancias que más agradable hacen el olor de este compost revolucionario y transformador es: LA RENTA BÁSICA DE LAS IGUALES. La RBis es el derecho que tiene cada ciudadano y cada ciudadana, por el hecho de nacer, a percibir una cantidad periódica para cubrir sus necesidades materiales.

Sin embargo, para convertirla en algo más que una declaración de principios, a la definición le añadimos unas características, estructurales y de opción política, que la convierten en un instrumento de acción política y social, así como en un mecanismo que garantiza la redistribución de la renta. Estas características especifican que la RBis ha de ser individual (no familiar); universal (no contributiva y para todos); incondicional (independiente del nivel de ingresos y del mercado de trabajo); la cuantía ha de ser por lo menos igual al umbral de pobreza y recibir cada persona la misma cantidad; una parte de la RBis se percibirá en mano y la otra en forma de bienes de uso colectivo; la mayoría de las prestaciones sociales actuales sujetas a control y gasto burocrático quedarán refundidas en la RBis; y como instrumento de lucha contra el capitalismo.

Abril 2009

Gentes de Baladre