La Renta Básica. De cuándo las dificultades se convierten en historia
Corría el año 1992 cuando se gestaba en el territorio español un derecho ciudadano al que sólo muy poco nombraríamos como Renta Básica (RB).[1] Por los elementos que inicialmente la caracterizaban, pronto comprobamos su naturaleza asistencial y su filosofía al servicio del sistema capitalista. Hubo que desarrollar una limpieza de sus términos, hacer autocrítica, y reconvertir el contenido de la RB en una lectura crítica del capitalismo. Esta lectura recibiría el nombre de Renta Básica de las iguales (RBis), la que, por exigencias de la brutal agresión capitalista a la población que vamos a comentar, haríamos nacer de ella un nuevo instrumento de lucha más afilado contra el sistema: la Riqueza Comunal (RC). [2]
Desde entonces, la transmutación del capitalismo, no sólo debido a sus crisis, sino también a su propia metamorfosis, está haciendo aparecer su verdadera naturaleza, la que Rosa Luxemburgo clasificó como la barbarie. Convertir el capitalismo en humano y verde, como pretenden algunas personas bienintencionadas, es quimérico. Los tiempos que corren están mostrando como la pobreza y la desigualdad, cada una muy relacionada con la otra, alcanza impactos hasta ahora desconocidos: